Entre nosotros, el Correo, junto con el Registro Civil, han sido las dependencias más maltratadas, siendo las más antiguas; han debido luchar, algunas veces en situaciones muy desventajosas, para sobrevivir al descuido burocrático.
El servicio de correos o postal, como también se lo denomina, tiene un antiguo y noble abolengo; antes de que hubiesen los medios electrónicos, las comunicaciones se realizaban principalmente por correo; era el vínculo de los ciudadanos, uno de los factores de unidad nacional; más aún, su eficiencia, era una especie de medida de desarrollo nacional. El servicio de correos no solamente se ha reducido a lo postal, es decir cartas, títulos, mensajes, tarjetas, sino a lo que se llama “encomienda”, esto es el transporte rápido y seguro de bienes materiales, que la convierte al servicio de correos en un complemento indispensable del desarrollo económico.
Entre nosotros, el Correo, junto con el Registro Civil, han sido las dependencias más maltratadas, siendo las más antiguas; han debido luchar, algunas veces en situaciones muy desventajosas, para sobrevivir al descuido burocrático. Y en esta labor se ha ganado con justicia, el reconocimiento ciudadano.
Hacemos esta introducción para resaltar el esfuerzo que ha hecho la Empresa de Correos Nacionales para modernizarse, ampliar los servicios, vincularse con sus similares de otros países, lo cual ha significado una reforma a la propia estructura administrativa, pero sobre todo a la capacitación de sus servidores y a la tecnificación que han logrado darle sus directivos. Hoy en el país se puede contar con un servicio postal que brinda seguridad, exactitud y eficiencia.
Esta realidad debería ser motivo para que el Gobierno estimule en forma efectiva el proceso de modernización y eficiencia en que se halla empeñado el Departamento Postal del país; no se trata ya, como sucedía hace algunas décadas, de una entidad burocrática, sino técnica, que requiere de sus servidores conocimientos más complejos que los de cualquier burócrata, comenzando por la familiarización en los métodos modernos de intercomunicación y, desde luego, de la geografía nacional y su proceso de desarrollo, porque en estos momentos las ciudades crecen y, por lo mismo, la intercomunicación a través de correos se incrementa en forma proporcional.
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